De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM), durante los primeros cinco meses del 2008 nuestras exportaciones correspondieron a  poco más de 123 mil millones de dólares (123.1); mientras que las importaciones se ubicaron en 125.9 mil millones. Es decir, tuvimos un déficit de 2.8 mmd.

En cuanto a crecimiento, las exportaciones tuvieron un incremento anual de 17.1 por ciento; no obstante, éste respondió principalmente a las exportaciones petroleras (47.9%), por lo que las no petroleras sólo crecieron al 11.8%. Por su parte, las importaciones crecieron en un 15.4% a tasa anual, correspondiendo  73% a bienes de consumo intermedio; 11.8% a bienes de capital y 15.2% a bienes de consumo; presentando ésta última categoría un incremento de más del 20% con respecto al mismo periodo de 2007.

Con base en esto, la ANIERM pronostica un cierre de semestre de con exportaciones por 147.7 mmd e importaciones por 151.4 mmd; lo que representaría un déficit acumulado de 3.7 mmd.

Todo esto viene a colación porque si bien es cierto que durante lo que va del presente sexenio se ha concedido gran importancia a los asuntos relacionados con la actividad del Comercio Exterior, existen algunos puntos de controversia entre los importadores y los productores nacionales respecto a los riesgos y beneficios de las medidas implementadas en materia de facilitación en los últimos meses, pues al parecer éstas se enfocan mucho más a la disminución de trabas para la importación que a la promoción de las exportaciones.

En su momento hemos ya platicado sobre la mayoría de estos documentos: El nuevo Reglamento del Servicio de Administración Tributaria, el Decálogo para la Competitividad de la Subsecretaría de Industria y Comercio de la SE, el Programa de Apoyo a la Economía presentado por el Presidente de la República y el Decreto de Facilidades en Materia Aduanera y de Comercio Exterior; los cuales engloban medidas como(1):
- La revisión y simplificación de la estructura arancelaria
- La desaparición de:

Sin duda, todo lo anterior significa un gran avance en materia de una política de apertura en beneficio de los importadores; no obstante, abre también la puerta a un posible incremento en ilícitos como: clasificación equivocada, subvaluación, declaración de orígenes falsos y comercio informal(2) y es en este sentido que varios sectores se han manifestado advirtiendo del riesgo que esto significaría para la industria nacional.

Tal es el caso de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos. “En todo momento la Concamin está a favor de la facilitación del comercio, lo que queremos es tener un comercio fácil y eficiente y con una reducción de costos…todo lo que realice la autoridad con respeto a este tema será bienvenido; pero tenemos dos cosas que lamentar: Primero, el no haber sido consultados en materia del Decreto del 31 de marzo, que no se nos haya dado a conocer con la amplitud que debió haber sido y en un segundo término, la eliminación de algunos controles que sí servían para el monitoreo y control de las operaciones de Comercio Exterior; por que no sólo nos interesa hacerlo rápido y bien sino también combatir el contrabando, sobre todo en productos sensibles. Nos parece que la desaparición de algunos instrumentos es lamentable, como por ejemplo, el anexo 18 y algunos padrones sectoriales. Por ejemplo en la parte de juguetes y bicicletas que debió mantenerse…aun cuando algunos otros controles que fueron eliminados consideramos que sí representarán un beneficio para el despacho aduanero”, manifestó Guillermo Miller, titular de la Comisión de Comercio Exterior de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) y de la de Aduanas en CONCAMIN.

Para Gunter Maerker, especialista en Comercio Exterior y Legislación Aduanera y representante de las Asociaciones Mexicana de la Industria del Juguete (AMIJU), Nacional de Fabricantes de Bicicletas (ANAFABI) y de Artículos Deportivos (ADAD), esta desregulación “abarata las cosas, es un beneficio no tener ya padrones sectoriales, no tener precios estimados, no tener anexo 18…; a quien trabaja bien le quita un montón de problemas pero también le abre un camino muy importante a la gente que hace ilícitos y los resultados los vamos a ver dentro de muy poco”.

Y es que es importante mencionar que con la reforma del Reglamento del SAT, el monitoreo de este tipo de acciones se dificulta ya que las facultades de comprobación a posteriori que poseía la Administración General de Aduanas (AGA) fueron suprimidas, conservando únicamente las de comprobación durante el despacho(3); situación que obliga a las Cámaras Empresariales a estar más al pendiente que nunca ante cualquier anomalía.

Por otro lado, el titular de la ANIERM, Othón Ramírez Gutiérrez aplaudió medidas como las contenidas en el Decálogo para la Competitividad pero señaló que aún hacen falta muchas cosas por hacer. “La desregulación es importante, me parece que se está haciendo un esfuerzo pero me parece también que debemos por ejemplo, tener una nueva Ley Aduanera, es fundamental…; creo que debe haber un apoyo al campo, no solamente económico sino apoyo técnico, apoyo en cuanto a qué productos se requieren”.

En este contexto, cabe cuestionarnos y reflexionar sobre hacia dónde va nuestro comercio exterior y qué acciones debemos poner en práctica para que esta política de apertura comercial beneficie por igual a importadores y a productores nacionales.