Semanas atrás, Eugenio Salinas, Presidente del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) declaraba su plena satisfacción sobre los beneficios que le otorgaban las medidas zoo-sanitarias, el aprovechamiento de restricciones contra productos estadounidenses y la competitividad que ofrece el tipo de cambio le generaban, al permitir la libre exportación mexicana de productos agropecuarios, especialmente a Japón, y que registrara, hasta ese momento, niveles históricos –un crecimiento del 28% anual- en comparación con el año pasado.
A su vez, la Organización de Comercio Exterior de Japón (Jetro, por sus siglas en inglés), aseguraba que la mitad del volumen de importación lo conformaban los productos cárnicos, en particular las especies porcinas. En 2008, la suma de la carne de puerco y de res representó 53% de las exportaciones, reportó la embajada de Japón en el país.
Tan sólo durante el primer bimestre de 2009, las exportaciones de porcino al país asiático sumaron más de 20 millones de dólares, según el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de la Secretaría de Agricultura.
Desafortunadamente, tan alentador panorama se ve hoy ensombrecido por la emergencia sanitaria de la influenza “A H1N1” que ha afectado a nuestro país, e incluso orillado a la propia Secretaría de Economía (SE) a solicitar ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) el retiro de cualquier tipo de restricción. En respuesta, ésta última reconoció que no todos los casos de influenza humana reportados han sido importados desde nuestro país.
Sin embargo, eso no ha sido suficiente para preservar la exportación porcina pues las decisiones ya han sido tomadas y hasta el momento son nueve (China, Ucrania, Ecuador, Emiratos Árabes, Rusia, Bolivia, Honduras y Azerbaiyán) los países que restringen dicha importación.
A pesar de que el secretario de la SE, Gerardo Ruiz Mateos, precisó que estas exportaciones apenas representan el uno o dos por ciento de las ventas nacionales al exterior, cuestionó ante el Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la Organización Mundial de Comercio (OMC) la compatibilidad de las medidas adoptadas como procedimiento para evitar en un futuro cercano que otras naciones, con las que sí existe mayor intercambio comercial, como lo es Canadá o Japón, pongan barreras para los productos mexicanos. Y por el contrario, se promueva la sanidad y calidad del producto nacional.
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