El anuncio del inicio de las negociaciones formales para concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México y Brasil ha sido motivo de gran controversia.

De acuerdo con el embajador de Brasil en México, Sergio Florencio, los acercamientos comenzarán el próximo 28 de febrero. Entre los acuerdos que el país sudamericano propondrá a México se encuentra la eliminación de aranceles para la exportación de acero, aunque el brazo fuerte del acuerdo comercial será el ramo de la agroindustria.

Es por ello que las principales voces en contra del acuerdo se encuentran en el sector productivo, sobre todo entre los agropecuarios y pesqueros, quienes argumentan la debilidad de las normas sanitarias de Brasil, lo que pondría en riesgo sanitario a la producción mexicana, afectando el comercio mexicano con otras naciones.

Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), también manifestó su rechazo a la firma de un TLC México-Brasil debido a la política proteccionista de Brasil, lo que pondría en desventaja a los empresarios mexicanos, postura que es compartida por la Confederación Nacional de Cámaras Industriales.

Sin embargo, en entrevista para Enlace Claave, la Doctora Luz María de la Mora, Directora del LMM Consulting, considera que México y Brasil no han logrado desarrollar una relación comercial que refleje sus posiciones relativas en el comercio mundial y regional.

El comercio bilateral hoy no supera 1% de su respectivo comercio total. Datos de la Secretaría de Economía revelan que en 2008 el comercio bilateral alcanzó los 8 mil 562 millones de dólares, más de 3 veces el comercio en 2000 (2 mil 500 millones de dólares).

En 2008, Brasil importó del mundo más de 173 mil md pero sólo compró 3 mil 125 mdd de México (1.8% de sus importaciones del mundo). Aún cuando los valores de comercio son muy bajos, Brasil es hoy el 7º socio comercial de México en el mundo y el primero en América Latina. México importó más de 300 mil mdd en 2008 pero importó de Brasil solamente 5 mil 200 mdd (1.7% de sus importaciones del mundo).

De acuerdo con De la Mora, México es el quinto mercado en importancia para Brasil. Más aun, en términos de inversiones, Brasil es el primer destino de inversiones mexicanas en América Latina con alrededor de 17 mil mdd en tanto que Brasil reporta inversiones en México por alrededor de 2 mil mdd. Pero el inversionista mexicano no cuenta con un acuerdo que proteja sus inversiones en ese país.

Estos datos duros reflejan, primero, la importancia que cada uno ha adquirido como socio comercial del otro, aun en ausencia de un TLC; segundo, el enorme potencial para impulsar los flujos comerciales bilaterales, y tercero, las oportunidades para incrementar la presencia de exportaciones mexicanas en un mercado, hasta ahora poco explorado, aseguró la Doctora Luz María.

Si los datos revelan que las oportunidades están ahí para el exportador mexicano, entonces ¿por qué la resistencia del sector privado mexicano a una negociación de un TLC con Brasil?".

La respuesta nos la otorgó el Dr. Roberto Gutiérrez, Profesor-Investigador del Departamento de Economía, UAM Iztapalapa, quien comenta que si la preocupación es el proteccionismo de Brasil un TLC es, sin duda, una buena alternativa. ¿Por qué? Primero porque México sería el único país fuera del MERCOSUR con el que Brasil estaría abriendo su mercado, de manera integral al incluir el comercio de bienes y servicios, las compras del gobierno, inversión, propiedad intelectual y mecanismos vinculantes de solución de controversias.

Segundo, porque un TLC permitirá negociar las disciplinas que se requieran para enfrentar obstáculos técnicos, sanitarios, aduaneros, etc. que, en opinión del sector privado, han hecho hasta ahora ese mercado inaccesible. Tercero, porque un TLC le dará al empresariado mexicano los instrumentos legales para defender sus intereses en un mercado que promete tasas elevadas de crecimiento y consumo en los siguientes años.

La oposición del sector privado a negociar con Brasil no es "personal" sino que parece estar vinculada a una posición defensiva, evidente desde el sexenio de Fox. El sector privado considera que México NO debe firmar más acuerdos comerciales porque hasta ahora "no se han aprovechado los ya existentes", responde Roberto Gutiérrez.

Por su parte, el Senador por Zacatecas, Antonio Mejía Haro, considera que ampliar a TLC, el acuerdo comercial con Brasil, sería una amenaza mayor para el sector agropecuario y agroalimentario del país, por la notable competitividad a nivel mundial que tiene Brasil como productor y exportador de alimentos.

Brasil tiene liderazgo mundial en la exportación de básicos; es el principal productor y exportador de café, jugo naranja y azúcar; segundo exportador de carne de res, maíz y soya; tercer productor y primer exportador de pollo; cuarto exportador de carne de cerdo y algodón. Adicionalmente, el potencial del agro en Brasil es enorme, su área de pastizales es de 200 millones de hectáreas, lo que equivale a más de la totalidad del territorio mexicano; por lo que los productores de carne de res del país serían de los más afectados al firmarse este Tratado, sentenció Mejía Haro.

Además del gran dinamismo y las condiciones naturales favorables, Brasil cuenta con un gran soporte en investigación y desarrollo tecnológico agropecuario, cuenta con el único laboratorio mundial en nanotecnología en agricultura; tiene verdaderos programas de financiamiento a las exportaciones, con montos mayores a los 250 mil dólares y plazos a 10 años, agregó el legislador.

Sin embargo, para el embajador brasileño, Sergio Florencio, sus estrategias en nanotecnología e investigación agroindustrial se utilizarán para tener un comercio más regionalizado.

Las voces están ahí y los números también, lo que causa expectativa son las posibles consecuencias, concluye el doctor Roberto Gutiérrez.